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La Inmigracion Italiana en el Peru

Los primeros italianos en Perú, comenzaron a llegar durante la conquista de América, quienes acrecentaròn su presencia durante la Colonia y echarian profundas raíces durante la República.Entre los años de 1532 y 1560 había alrededor de 50 italianos, la mayoria ligures, entre el Puerto del Callao y Lima, capital del Virreinato del Perú. Entre ellos tenemos a Martín de Florencia, Marco de Niza, Pietro Catagno, Pietro Martín de Sicilia, todos actores de la captura del Inca Atahualpa y a Juan Bautista Pestene, marino nacido en Génova en 1505, y que estuvo presente desde los inicios de la Conquista del Imperio de los Incas por 1535 testigo de la lucha entre los conquistadores españoles por el poder y de la muerte del conquistador Francisco Pizarro. Entre otros italianos podemos mencionar los Capitanes Giustiniani y Vicenzo Pascuale, quienes fundaron empresas de navegación y comercio entre el Callao y Valparaíso. Otro marino fue Ambrogio Giustiniani nacido en Génova en 1515, casado en Lima en 1556, estableciendo un activo comercio marítimo también entre el Callao y Valparaíso. Estos casos muestran que en esos años los marinos genoveses inaguraròn un tipo de empresa marítimo comercial que en los siglos posteriores fue perfeccionada. Este tipo de comercio en realidad fue precursor de la modalidad de comercio marítimo que posteriormente fue llamado comercio de ''cabotaje'' que se extendió en el siglo XIX cuando desapareció el monopolio comercial español en América del Sur y que en gran parte fue desarrollado por marinos genoveses.​

Otros los marinos italianos presentes en esos años en las costas del Perú fueron Giovanni di Malta, Nicolo da Bonfilio, Alvaro Pestrello, (que viajaba entre Arica y el Callao), Giovanni Gaetano (dueño del galeón que llevo a La Gasca del Callao a Panamá). Entre los mercaderes que aparecen en los registros de la época (1546 a 1550) figuran Enrique Porri, natural de Milán; Lucas de Astra, genovés; Nicoroso y Marcos Corso, Marco de Niza, Martín de Florencia, Pietro Catagno, Juan de Niza y no olvidemos al capitán Alessandro Malaspina. A fines del siglo XVI, según declara Vicenzo Dagnino en su "Corregimiento de Arica", se habían establecido varios italianos en la ciudad, entre los cuales se menciona a Esteban Forrofino, Pedro Antonio Macchiavello, Esteban Sanguinetti (mercader), Guillermo Virgilio, Camilo Bonafante, Pedro del Pino, Simón Román, Pedro Alejandro Malerba, Bernardo del Pino, Jorge Inverto, Bernardino Arnaldo, Antonio Genovés, Juan Ángel "que tiene una fragata con que anda en el trato del guano", Francisco Cataldo (pulpero y salchichero), Guillermo y Juan Baptista (pulperos).También tenemos luego a Antonio Ricciardi Pedemontanus, considerado el primero en traer la imprenta al Virreinato del Perú en 1584. Es notable la presencia de apellidos ligures entre los comerciantes y la mención a sus "pulperías", el típico negocio que en los siglos posteriores, sobre todo en el XIX fue muy difundido por comerciantes genoveses en las costas del Perú y América. Radicati di Primeglio ha realizado una exhaustiva investigación acerca de los italianos en Lima y encontró la presencia documentada de 343 italianos entre 1532 hasta mediados del siglo XVII (sin contar los italianos asentados en otras ciudades del Virreinato). De los 343 existe información acerca del lugar de nacimiento de 231 de ellos; 124 eran genoveses, 28 venecianos, 28 corsos, 15 napolitanos, 11 milaneses, 10 romanos, 5 sicilianos y un número menor originarios de otros estados italianos, pero sin duda los italianos presentes en el Perú era mayor, debido a que muchos no eran registrados. Entre los genoveses la categoría ocupacional más numerosa estaba compuesta por maestres y "capitanes de naos", mercaderes que se dedicaban al transporte de pasajeros y mercancías entre el Callao y otros puertos de la costa a Panamá y viceversa, destacándose Juan Bautista Genovés y Rostán Genovés, maestre y carpintero respectivamente del barco "Santiago" de propiedad del Conquistador Pizarro. Entre los mercaderes destacó Francisco Neri. Sus apellidos en varios casos eran los mismos de las familias genovesas que se asentaron en el Perú en el siglo XIX como Costa, Lomellini, Di Negro, etc. (Radicati Primilegio).Hubo también varios marinos venecianos y de las islas del mar Egeo, como Pedro de Candia, Francisco de Chipre, veneciano, pues la isla de Candia perteneció a Venecia desde 1204 al 1669, Francisco de Chipre, Miguel Adorno, entre otros venecianos. No olvidemos a los napolitanos Anello Oliva, Ludovico Bertonio, Francesco Carletti, y al Príncipe de Santo Buono y vigésimo Virrey del Perú, don Carmine Nicolao Caracciolo, nacido en Nápoles, y al médico Federico Bottoni que en 1723 publicó un tratado sobre la circulación sanguínea.Durante el siglo XVII predominó una actitud más rígida en cuanto a la prohibición en materia de comercio y de inmigración en las colonias españolas en América. Durante la segunda mitad del siglo XVII junto a marinos y comerciantes, comenzó a notarse la presencia de italianos que llegaron como parte del séquito virreinal, por ejemplo el Virrey Pedro Fernández de Castro (Conde de Lemos) llegó con su esposa Ana Francisca de Borja, hija del Duque de Candia, y con Dora Colonna, hija de Andrea Doria. El Virrey de Navarra y Rocafull, duque de la Palata, trajo como esposa y virreina a Francisca Tovalto y Aragón, princesa de Massa, ciudad situada dentro de los dominios del Reino de Florencia. Teodoro Giulio Rospigliosi llegó al Perú en 1647 en calidad de alférez del Rey de España , era miembro de la familia de los príncipes Rospigliosi de Roma y sobrino del Papa Clemente IX, donde radicó y tuvo descendencia , también llegaron en la comitiva algunos franciscanos italianos.
Durante las últimas décadas del dominio colonial español se dio un paulatino incremento de la presencia de italianos en el Perú. Al igual que en siglos anteriores, durante las primeras décadas del siglo XIX, la mayoría de ellos eran genoveses. A finales del Virreinato ya había más de 2 mil italianos en todo el país. La mayor parte de ellos llegaba de la región ribereña de la Liguria donde se encuentran numerosos puertos pequeños que durante el siglo pasado tuvieron una intensa actividad marítima y de industria de astilleros. Los más ricos comerciantes italianos en Perú desde las primeras décadas del siglo pasado estaban relacionados con el comercio marítimo. Según informaciones de los primeros cónsules Sardos, de una muestra de 24 italianos ricos en el Perú, 18 se ocupaban del comercio naval, uno era médico, el otro prestamista. De los 18 dedicados al comercio dos eran vicecónsules en ciudades del interior del país. Entre los que pueden ser considerados los pioneros de la moderna inmigración italiana al Perú se encuentran dos comerciantes ligures llegados en la primera década del siglo XIX: Antonio Dagnino, quien radica en el Callao desde 1802, y Félix Valega quien llegó en 1806. Y quienes junto con otros "capitanes de Nao" y tripulaciones se establecieron definitivamente en suelo Peruano (muchos marineros desertaban de sus barcos para establecerse en el Perú y dedicarse al comercio), Valega era natural de un pequeño puerto de la rivera oeste de la Liguria (poniente), y llegó en el mismo barco que trajo a Abascal, el ùltimo Virrey del Perú, (Sequi 1911:c-130) y también al músico genovés Andrea Bolognesi, de la corte del Virrey, quien fuera padre de unos de los héroes más legendarios del Perú, Coronel don Francisco Bolognesi. Se sabe que Valega llegó a poseer una notable fortuna y que financió la Catedral del Callao. Ambos se casaron con damas peruanas en ceremonia conjunta en 1811. Es interesante observar que Dagnino castellanizó su apellido trasformándolo en "Dañino". Las tres hijas de Valega se casaron con italianos: Guiseppe Canevaro, Pietro Denegri y un tal Di Negro, todos ricos comerciantes, que juntos a otros comerciantes italianos llegaron formar parte de la primera élite empresarial italiana en el Perú, a partir de mediados de la década de 1830 y las siguientes, que con el inicio de la época dorada de la explotación del guano, formaron parte de los cimientos del futuro desarrollo industrial en el Perú. En cambio el grueso de los inmigrantes italianos desarrollaba actividades mucho más modestas (pulperos, chinganeros, fonderos, artesanos, etc.) 

 

Los inmigrantes italianos en el Perú en el siglo XIX si bien no llegaron en grandes cantidades como en otros paises de Sudamerica, lo hicieron con las mismas ilusiones ¨Hacer la America¨, pero tuvieron una característica especial, fueron en su mayoría parte de una cadena migratoria familiar que con el transcurso del tiempo fue consolidándose en la sociedad peruana, por lo que podríamos decir que la colonia italiana en el Peru fue muy "selecta" en cuanto a sus integrantes a diferencia de lo ocurrido en otros paises.​

Un viajero de fines de la década de los 1870 se asombraba de ver que no existía un poblado de la costa peruana que no tuviese su bodeguero italiano, y por aquella misma época se calcula que los italianos poseían un 30% de las huertas limeñas que producían legumbres y panllevar. A diferencia de otras colonias, que se asentaban en determinado barrio, como los ingleses en Miraflores, los Suizos en la Aurora, o los Chinos en los alrededores de la calle Capón, en el centro de Lima, los italianos no eligieron un barrio sino que escogieron difundirse entre la población Limeña, que los aceptaba muy bien y con la cual se descubría no pocas afinidades.

Fueron ellos los que trajeron la moda del panetón navideño, del pan fresco tres veces al día, fundaron la fábrica de chocolates "El Tigre", la heladería Capella y la D'Onofrio, Levaggi, Cogorno, Cordano, Motta, Nicolini, Queirolo, Cuneo y Bandirola, (San Antonio) La Trattoria, (Mario Plevisani) que ya ha cumplido un siglo. Es decir que echaron bases suficientemente sólidas como para que la cocina que vino con ellos no fuera solamente una moda, como la francesa, sino que estuviera respaldada por una industria alimentaria en creciente expansión y aceptación por el pueblo peruano, que de inmediato adoptó los spaghettis y los convirtió en potaje de domingos.  En efecto, los Spaghettis a la Bolognesa pasaron a llamarse aquí Tallarines en Salsa Roja, aquellos al Pesto, Tallarines en Salsa Verde, y los fideos entraron en la composición de las famosas Sopa a la Criolla y Sopa a la Minuta, platos de batalla de cualquier fonda limeña. Para no hablar de los Fideos de Angel, los fideos corbatita, o las Lasañas y Canelones que preparaban los entendidos.

También surgieron y se hicieron populares los Tallarines con Pichón, o los Tallarines a la Huancaína, con su salsa de queso y de ají amarillo, y recientemente hemos visto aparecer unos Tallarines a la Putanesca, que llevan mucho ají amarillo y provocan encendidos adjetivos, y en fin los chinchanos mezclaron nuestra ancestral papa seca con el tallarín para producir ese plato tan típico del Sur Chico llamado Sopaseca.
El Minestrone se convirtió en Menestrón por adición de choclo, y de frejoles, y la Torta Pasqualina pasó a llamarse Pastel de Acelgas incorporándose al menú limeño. Todos estos platos proceden de la Liguria, así como la Fugaza, una suerte de pizza rectangular con pura cebolla, que fue avasallada en la década del 30 por la llegada de la Pizza Napolitana, con tomate y Mozzarella, que ha llegado a ser tan popular en el Perú que hay toda una calle en Miraflores, la Calle de las Pizzas, donde el expendio de pizzas, en todas sus variantes, es el negocio principal. Y las Conchitas a la Parmesana que ya no se encuentran en ningún restaurante de Parma, se nacionalizaron peruanas, y no faltan en ningún restaurante del litoral, en los huertos de italianos que rodeaban Lima, también sembraban coliflor, brócoli, acelgas y espinacas, berenjenas, zapallito italiano o zucchini, albahaca, que se pronto se incorporaron a las legumbres que ya utilizábamos. Y en fin los italianos retomaron los viñedos y olivares dejados por los españoles, y le dieron un nuevo impulso al consumo de vinos y de aceite de oliva, que se ha difundido mucho entre las capas medias y altas de la sociedad peruana. 
El fin de la época dorada de la explotación del guano y tiempo después el inicio de la guerra del Pacífico, significó para la colonia italiana un duro golpe, en esta guerra muchos italianos que se identificaban con el Perú, llegaron a combatir a su lado, contra un enemigo que solo deseaba destruir el país a cualquier precio. Muchos italianos ofrendaron sus vidas, como el heroico marino genovés Pietro Luigui Storace en combate naval contra los chilenos o como los casi 20 italianos, casi todos bomberos fusilados tras el incendio de Chorrilos, entre otros también fusilados en Arica e Iquique. Entre la lista de los italianos afectados por los bombardeos de chilenos sobre Iquique y Arica en 1879 figuran muchos apellidos de inmigrantes asentados en Tacna y otros puertos peruanos. Los apellidos más comunes son: Solari, Macchiavello, Casaretto, Cavagnaro, Canepa, Parodi, etc., todos ellos apellidos de familias ligures.
Luego de la guerra el flujo migratorio se niveló y en su mayoría, los inmigrantes que llegaban eran parientes de los que estaban establecidos en el Perú. Al comenzar el siglo XX los inmigrantes italianos siguieron llegando en cantidades regulares. En 1903, eran unos 15.000 italianos de nacimiento sin contar los que no estaban registrados a los largo del pais, luego el fin de la primera guerra mundial, impulsa una nueva cantidad de italianos hacia el Perú que luego va declinando hasta el fin de la segunda guerra mundial que muestra un leve aumento. En 1961 había en Lima 5.000 italianos, para luego bajar significativamente con el paso de los años hasta nuestros días.Se pueden distinguir dos tipos de colonos europeos, los que ingresaron para el trabajo obrero y los que ingresaron como parte de una élite. El primer grupo estuvo formado en su mayoría por colonos italianos, españoles y portugueses que llegaron desde zonas rurales; y el grupo de élite estuvo formado por ingleses, franceses y alemanes que venían en representación de grandes empresas europeas.
Según el historiador Giovanni Bonfiglio los peruanos que tienen algún directo antepasado europeo no hispanos de la migración de los siglos XIX y XX y en menor medida los descendientes de europeos migrados del continente americano podrían representar alrededor del 7% del total nacional y sumando a los descendientes de europpeos no hispanos migrados antes del siglo XIX y a los descendientes de europeos y estadounidenses migrados en las últimas décadas, la población peruana descendiente de europeos no hispanos principalmente de origen italiano, portugués, francés, alemán, británico, croata, turco, estadounidense, polaco, judio askenazi y otros grupos menores podría estimarse en alrededor 2,7 millones de personas, es decir aproximadamente un 9% del total nacional , mas allá si una parte de este grupo ya sean mestizos culturalmente y/o étnicamente. Los descendientes de italianos y portugueses se hallan en todo el país, parte de los descendientes de alemanes se hallan tambien en la selva central y norte. Mientras que en Lima y principales centros urbanos del país se hallan en mayor medida los descendientes de todo este segmento en general. Del total de las migraciones se calcula que poco más del 90% se asentaron definitivamente en territorio nacional, promedio mayor que la media sudamericana que cifran en 60%.La mayoría de inmigrantes italianos al Perú tienen origen principalmente en la región italiana de Liguria; en menor proporción de Piamonte, Lombardía y Calabria, están en todo el territorio nacional, en mayor o menor medida en determinadas zonas, siendo su presencia mayor en Lima y Arequipa, luego Chiclayo, Trujillo, Tacna, seguidamente en Ica, Piura, Cusco, Huánuco, Ancash, La Merced, Chimbote, etc. La Asociación de Lucanos en el Perú estima a los descendientes de italianos en el Peru en mas de 500,000 personas. Asimismo, según el Registro de los Italianos Residentes en el Extranjero, del Departamento del Interior y Ordenación del Territorio de Italia, en su informe de 2009, cifró en 30.223 las personas de nacionalidad italiana con residencia en Perú.

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